"Oh, no tés chingando...
ya lo estoy dejando…
son los últimos..."
ya lo estoy dejando…
son los últimos..."
Por las calles, en las dudas… de si los destellos se dan como incendios momentáneos al doblar la esquina, en lo que olvidando el nombre le dio por llamar vacío; de si lo peor de ayer fue no saberse viva por confusión o esa espera que la anula bajo la sombra de un ser que no cree ficticio y le otorga alas, no para volar sino para mantenerlo vivo... Matilda, emprende la huída más lejana, donde el recuerdo es solo cuestión de olvido. Carcome cuanto avanza a la certeza vieja y salta charcos. Pisar las nubes nunca le ha gustado.
Vuélvete hora de minutos que plaguen de intensidades los segundos.