Lo dijo ayer. Anteayer. Hoy lo mismo. Siempre como susurrándolo, no por la maldita timidez que le impide hablar ante otros. Sino porque para ser entendido tiene que decirlo musitando, con esa apariencia de la que está sujeta de los brazos, aunque en realidad lo que hace es vivir a dos manos. Lo dijo entre una tormenta de gestos y miradas, que recuerdo completa, como casi nunca nada. Sus labios, no otra cosa que sus labios, limaron las palabras, mientras su boca se hacía fría. Yo toqué el cristal cuando lo dijo. Nos separaba la transparencia equivocada Tras el cristal lo dijo. Pude leerle los labios.
2 comentarios:
aay qué bonito post! qué bonito blog!! qué bonito escribes!! aaaay qué cursi sooooy! jejeje
me gusta, me gusta! te dejo besos de jueves... que tengias un bien inicio de fin de semana!!
estrellitas para tí!
luz
Qué bien que volaras por acá y te haya parecido bonito. Los besos de jueves me llegaron el sábado y de estrellitas quedé todo espolvoreado. Gracias por el comentario.
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