Prolífera, ilusa, indecisa,
me conoces la humedad
bajo la tierra.
Y no dominas
la estadía volatil
entre piedras.
Nos cavamos juntos
esta tumba
honda, estrecha, simultánea.
Se ha llenado
la vereda de flores
y de garzas.
Muy al fondo
almas escurridas
y un sonido opaco
de instrumento roto
que escucho
y no conozco.
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