Dejo de escribir. Las letras no escritas no vagan ni vuelan, se hacen las mudas y quietas. Son en los dedos tan ciertas como la sensación de tu faz sobre mis alas abiertas. Con estas ansias como brazos, del papel te arrebato y de todo lo condenado a arder, cambiar, a hacerse cómplice del tiempo. Yo no te guardo, permanente te tengo.
2 comentarios:
Este es otro de mis favoritos. Insisto, que padre blog. Y te sigo leyendo a pausas.
MONIC
Gracias por la continuidad de tus ojos sobre estas letras, a pausas, como dices.... así debería ser la vida ¿no crees?
Saludos.
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