La espera sobrevuela
cualquier color
esconde lo perdido.
Lo pronuncio distinto
cada vez que giro.
Invadidos los libros
sobre la cama
el silencio en pedacitos.
Sin ojos ni plumas
escribimos
la correspondencia ajena
y las horas en exilio.
La mano izquierda
no termina
hasta el único latido
la boca se desliza.
Letra sobre letra
el sonido
corta el aire.
Un nombre aguarda
las seis de la mañana.
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