Exagerado por tu nombre el eco azogó su entraña y se hizo espejo.
Me miro: están los pies en el agua, todas las manos en el pecho. Y tras mi sombra nada.
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
En la briza veo la claridad de las palabras y la profundidad del sentimiento que puede invadir el lecho donde por instantes de sufrimiento se termino la hoguera de la pasion., y sin embargo sigo mirando tu reflejo, y reclamo tu figura una vez mas por volver a sufrir el enervante deseo de volverte a mirar.
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En la briza veo la claridad de las palabras y la profundidad del sentimiento que puede invadir el lecho donde por instantes de sufrimiento se termino la hoguera de la pasion., y sin embargo sigo mirando tu reflejo, y reclamo tu figura una vez mas por volver a sufrir el enervante deseo de volverte a mirar.
Y cuando se encuentren las miradas, en las manos habrá llamas.
Bienvenida, gracias por tu comentario. Por aquí siempre habrá letras.
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