Guarda tu saliva para mañana. Sin dejar las manos rotas, pon los dedos a dudar. Tira la mirada por todas partes o solo para atrás. Encarrera el paso entre las rocas para volar. Juega a pronunciar las horas, los imprevistos, el pasado circular. Anda, ve con tu burbuja de cristal, con tu cabello y ponte a jugar a la soledad.
1 comentario:
¿Entre tu invitación y la mía, dónde el hueco quedó? jaja Saludos desde México hasta Colombia.
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