Mis manos bailan,
su sombra se empecina
sobre las notas delicadas
del pianista de la camisa a rayas.
Mis manos toman los billetes
para comprarse todo el mundo.
La sombra, inteligente,
crece, abundante,
y se sabe natural
y poderosa.
Luz para bailar.
Luz para existir.
Bailan mis manos
con su sombra.
2 comentarios:
tenés un premio en mi blog
Hola:
He pasado a leerte y me he sumergido en tu mundo interior, ese que tan bien se refleja en cada uno de tus versos. Ha sido una experiencia interesante. Lo he disfrudo. Un abrazo:
Tadeo
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