Se hunden los cabellos
hasta el fondo de la noche.
Las falsas vírgenes
desnudan su mano esmerilada
para distraer la voz
que se adueña de sus cuerpos.
Hay piedras lúgubres
para acallar los gritos.
Y un jardin
donde desangran
lacónicas
sus venas.
Vuélvete hora de minutos que plaguen de intensidades los segundos.
2 comentarios:
Me pareció muy hermoso tu poema :)
ERES COJONUDO ESCRIBIENDO POEMAS
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