Estuve esperando con el hastío tocante, encimando días inclementes en la sucesiva idea, con los dedos arrugados y la exprimida carta postergada de frases cortas con eternidad prescrita, garabatos imitando algún sonido. Soy la sensación de caminar sin voltear el rostro por las calles nulas de pisadas ocres que conducen a donde sola el alma ha podido hablar consigo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario